sábado, 17 de noviembre de 2012

ESCUELA QUE SURGE DE LA REVOLUCION




La escuela que surge de la Revolución



Raúl Mejía Zúñiga, en su ensayo del mismo título, afirma que: "La educación de un pueblo cualquiera sólo puede valorarse mediante el estudio de los antecedentes que la conforman, y dentro del marco social en el que opera y desde el cual se proyecta hacia el futuro", (Solana et al. Historia de la Educación Pública en México, FCE, México, 1980, p. 183). Y continúa: "Los periodos aislados, aun los más significativos, sin la concatenación que los enlaza ni las relaciones de causa y efecto que los producen, son de poca utilidad para el estudioso, pues con frecuencia sólo sirven para justificar o exaltar los valores del presente que desembocan, por su propia naturaleza, en el campo de las especulaciones políticas que los marginan de la ciencia histórica".
Escultura de Benito Juárez, Palacio Nacional, Cd. de México
Los cambios más relevantes que registra la educación corresponden, generalmente, con las transformaciones sociales que emanan de las revoluciones que además ocurren en el ámbito de la ciencia y la tecnología, así como de las transformaciones en las estructuras económicas y políticas, esto es, en los ilimitados campos de la cultura. Ahora bien, cuando esta revolución en la educación se vincula con los cambios en otras instituciones sociales en que se apoya, tenemos resultados que se tornan imperecederos, explica Mejía Zúñiga (idem, p. 183).
Como antecedente importante tenemos a la escuela lancasteriana, que nació en el seno mismo del imperio iturbidista con una concepción diferente de educación. Tampoco podemos descartar o dejar de lado la dinámica administración de Valentín Gómez Farías, o del doctor Mora, quienes plasmaron en normas del derecho positivo la filosofía educativa de la naciente nación, en la época posindependentista, y que se manifestó a partir de la revolución de Ayutla, que se expresó jurídicamente en la Constitución Política de 1857.
Los eventos que siguen en la historia del siglo XIX, como son: la Reforma, la Constitución y la República restaurada, llegan a su consolidación con el evento de la caída del segundo imperio y el triunfo de los liberales de una generación formada en las aulas y madurada en las luchas internas y externas de ese México que se va configurando como Estado nacional moderno (idem, p. 184).
Sin embargo, agrega Mejía Zúñiga, aunque la educación queda jurídicamente bajo la potestad del Estado, dentro del marco del positivismo, México, como sabemos y ya lo hemos señalado, desemboca en una larga dictadura que "habrá de retardar los avances necesarios en la educación y sobre todo, que alcance a las mayorías analfabetas dentro del proyecto latifundista del porfirismo". México para ese entonces, a pesar de su orientación liberal, no cuenta con una economía sólida y un comercio fuerte, además de que su producción agrícola es sumamente rudimentaria. En el intento de integrarse al desarrollo capitalista y fundar una riqueza originaria, el porfiriato lleva al país a un acelerado proceso de acumulación y concentración de capitales, y de ese modo propicia mecanismos de explotación despiadada de la fuerza de trabajo, tanto de manera intensiva como extensiva, con lo que el latifundismo o régimen hacendario obstruye las rutas del progreso y deforma el desarrollo del país en el último tercio del siglo XIX.
Los censos de 1910 confirman lo anterior, pues revelan que de quince millones ciento sesenta mil habitantes, que no podemos decir ciudadanos, sólo sabían leer y escribir tres millones seiscientos cuarenta y cinco mil, esto es, el índice de analfabetismo era del 78%, al descuidarse las ingentes necesidades populares. Existían en ese momento seis millones de indígenas, de los cuales dos tercios mostraban incapacidad para aprender, y dos millones no hablaban castellano y, por lo tanto, no podían recibir la enseñanza en esa lengua (SEP y Bellas Artes. Informe, t. XVII, abril y mayo de 1911).
Por su parte, el positivismo como filosofía de la educación de sectores privilegiados de la sociedad, tiende básicamente a la formación de una clase dirigente capaz de consolidar el poder político, al pretender evitar el viejo modelo escolástico impulsado por el gobierno colonial y por la Iglesia; pero, por otro lado, se descuida la preparación de las nuevas generaciones, de todos los sectores populares, con lo que el país queda inerme frente al avance del imperialismo.
Así pues, mientras los congresos pedagógicos de 1882, 1889 y 1890-1891 organizan técnicamente la escuela primaria como agencia educativa del Estado y las 28 escuelas normales egresan un número considerable de maestros, además de que existe abundante literatura pedagógica, libros, folletos, periódicos especializados, etc., y son expedidas leyes en 1888, 1896 y 1908 dando forma jurídica a la política educativa de la dictadura, la escuela, de hecho, continúa como una institución aristocrática e individualista que funciona esencialmente en los centros urbanos y margina a las comunidades campesinas e indígenas, para quienes la educación se convierte en un bien inalcanzable.
También es cierto que hacia 1890 la teoría pedagógica había ya desplazado los métodos lancasterianos establecidos en 1822, y que las escuelas normales iniciaron el proceso de profesionalización de la enseñanza al sustituir al "gremio de las nobles artes de enseñar a leer, escribir y contar", y que las normas del derecho positivo que regían la educación rebasaban políticamente a las ordenanzas coloniales en la materia. Cierto también que la Ley de Educación, formulada por Joaquín Baranda en 1888, y reglamentada en 1892, estableció el carácter gratuito, obligatorio y laico de la educación primaria elemental y superior, y que la ley de 1908 postuló la educación nacional e integral como aspiración suprema. Y a pesar de todo y de la palabrería liberal con que se adornaba la dictadura, la ciencia y la técnica, así como la pujanza de nuestros poetas, sólo sirven para reflejar al exterior un falso brillo o engalanar las reuniones palaciegas de la aristocracia. México en la época porfiriana estaba infestado de pobreza (idem, p. 188).
Conviene destacar que si bien el nexo normativo de una sociedad constituida en Estado nacional es la ley, el nexo formativo es la educación, en la medida en que favorece la reproducción de la cultura y de los valores que el nuevo Estado pretende establecer como parte de su esencia y de su propia historia. Por ello será la educación como proyecto emanado de la revolución la que responderá a los fines de mantener incólumes los legados de soberanía, independencia y libertad alcanzados y a los que todo pueblo aspira. Será en este contexto donde la educación pública y su sistema coadyuven a la solución de los grandes problemas nacionales.
De este modo, cuando Madero lanza vigorosamente el Plan de San Luis, que anuncia la Revolución de 1910 y el Partido Liberal Mexicano, cimbra por otro lado los cimientos en que descansaban las estructuras sociales de la dictadura, con el apoyo de las masas populares, en el país se avizora otro panorama para las mayorías depauperadas. Es por ello que las limitadas reformas que Limantour propone para el campo resultan demasiado tardías, al chocar frontalmente con un movimiento revolucionario que ya no habría de detenerse. De la misma manera, los convenios de Ciudad Juárez, con los cuales la dictadura y algunos líderes revolucionarios pretenden pactar la perpetuación de la primera y la supresión de la segunda, se vuelven inoperantes frente a los campesinos en pie de lucha y con el fusil al hombro. Esas imágenes se multiplican rápidamente en el paisaje social de México.
Así, tanto el Plan de San Luis como el programa del Partido Liberal Mexicano han apuntado ya, aunque desde ángulos distintos y conducidos también por clases sociales divergentes, que los problemas fundamentales son: el de la tierra y el de la educación. El primero para hacer justicia a las clases sociales que trabajan y el segundo para integrar culturalmente a México.
Sin embargo, ni la dictadura en su etapa final ni la Revolución en la inicial pueden resolver de inmediato el problema agrario debido, en gran parte, a las fuerzas del exterior que manipulan a la burguesía nacional para impedirlo. El gobierno de transición de Francisco León de la Barra pretende abordar aisladamente, por el camino de la educación, la solución de los problemas nacionales. Toca, pues, al gobierno surgido de los convenios de Ciudad Juárez abrir un paréntesis que, en la historia de la educación en México, no se cierra todavía; es decir, el de la educación para todos, a pesar de los intentos de Solana en los ochenta.
De esta manera, con el decreto que se propone crear las escuelas rudimentarias para enseñar a leer y escribir, y las operaciones de cálculo más usuales, principalmente a los indígenas, la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes queda autorizada para establecer escuelas en cualquier parte de la República, donde el analfabetismo sea mayor. Y aunque dicho Decreto adopta un tono paternalista ante los pueblos indígenas, y les da comida y vestido a los más necesitados, con un presupuesto de 300 mil pesos anuales, las condiciones reales imposibilitan su realización.
Ahora bien, hay que tener en cuenta que de alguna manera el problema de la educación ha quedado planteado y, poco más tarde, a través de una encuesta pública que impulsa A. J. Pani, se orienta a la conciencia nacional y a los hombres del pueblo, convertidos en gobernadores y jefes militares, a abordar la solución de los problemas no solamente de la educación, sino también los agrarios, obreros y de justicia social que postula la Revolución mexicana (idem, pp. 188 y 189).




LA ESCUELA QUE SURGE DE LA REVOLUCIÓN DE 1910

Madero encabezó la Revolución, Zapata y Villa la continuaron. Carranza le dio una Constitución. Con Obregón y Calles la Revolución se encauza de manera definitiva. Con ellos surgen instituciones de toda índole en beneficio de los grupos populares. En materia educativa, se conciben importantes instituciones que, a decir verdad, agitan y conmueven de manera benéfica los grandes núcleos sociales de la ciudad y del campo. Por una parte la enseñanza técnica y por la otra la educación rural. 


La primera obra educativa producto del movimiento revolucionario lo constituye la creación de la Escuela Rural. Las escuelas rurales nacen para servir a los grupos tradicionalmente marginados: los indígenas y los campesinos. El antecedente inmediato de ellas fueron las escuelas rudimentarias de 1911. Lamentablemente la pobreza y la intensidad del movimiento revolucionario ya no fue posible seguirlas sosteniendo a partir de 1916. Obregón toma conciencia del problema y restablece en 1921 la secretaría de Educación Pública, el nuevo ministro fue el licenciado José Vasconcelos, mismo que concibió y realizó la idea de enviar maestros en calidad de ambulantes a recorrer el país, para localizar núcleos indígenas y estudiar las condiciones económicas de la región.

Poco después de iniciada tan meritoria y difícil tarea, los maestros misioneros instruyeron a jóvenes, para dejarlos como maestros rurales fijos, a quienes se les denominó monitores. Las instituciones que fueron estableciéndose bajo la dirección de esos nuevos maestros llevaron el nombre de Casas del Pueblo. 

Al terminar el período presidencial de Obregón había mil 39 planteles, con una población escolar de 65 mil alumnos, atendidos por mil 146 maestros. Durante el primer año de gobierno del general Calles, la organización de las escuelas rurales era todavía muy deficiente: carecían de una teoría específica y de los elementos materiales más indispensables. La Junta de Directores de Educación Federal aprobó la estructura pedagógica de las escuelas rurales, basados en los principios de la escuela activa y del trabajo. Por razones de espacio, me permito sintetizar las conclusiones de la ponencia sobre la Escuela Rural, presentada en 1926 por el profesor José María Bonilla:

1. La Escuela Rural debe capacitar a los niños y adultos campesinos para mejorar su vida.

2. Enseñar menos en las aulas y más afuera de los salones, a través de la experiencia.

3. Las escuelas de cada región deben tener su programa particular.

4. Cultivo inteligente de la tierra y la explotación racional de las industrias.

5. A través de la escuela rural se aspira a un estado de mayor equidad y justicia.

6. Combatir el fanatismo, el alcoholismo y las uniones sexuales prematuras.

7. Uso del idioma castellano, piedra angular del ideal nacionalista.

8. Debe comprender todos los grados, desde el más modesto hasta el más elevado.

9. La escuela rural es mixta, con el fin de lograr, la armonía entre hombres y mujeres.

10. Elevar el nivel social y económico de la peonada de las haciendas. 

A finales del año de 1926, existían en el país dos mil escuelas rurales, y en 1934 ascendía el número de ellas a ocho mil. La Escuela Rural primaria recibió un vigoroso impulso con la creación de las misiones culturales una de las instituciones más originales de la pedagogía revolucionaria mexicana. Las misiones culturales se fundaron con el fin de mejorar la preparación de los maestros del campo. La Escuela Rural llegó a ser motivo de elogio y admiración en el mundo entero.

Escuela Primero de Mayo de Irapuato. Me enteré que se le rescindió el contrato de trabajo al profesor José Pilar Ayala Gutiérrez. Mucho lo lamento. Me consta que José Pilar, y sobre todo su esposa, la maestra Antonia Carrillo Servín, son personas responsables y comprometidas con la educación. Tal vez la estrategia del compañero, al denunciar las presuntas irregularidades de su escuela, fue equivocada. Espero que la Secretaría de Educación de Guanajuato tenga la generosidad de revisar su caso y no lo sancione de esa manera. *SUPERVISOR DE LA ZONA No. 10 DE ESCUELAS SECUNDARIAS TÉCNICAS.


La política es una actividad orientada en forma ideológica a la toma de decisiones de un grupo para alcanzar ciertos objetivos. También puede definirse como una manera deejercer el poder con la intención de resolver o minimizar el choque entre los intereses encontrados que se producen dentro de una sociedad. La utilización del término ganó popularidad en el siglo V A.C., cuando Aristóteles desarrolló su obra titulada justamente “Política”.

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El término proviene de la palabra griega polis, cuyo significado hace alusión a las ciudades griegas que formaba los estados donde el gobierno era parcialmente democrático. Cabe señalar que es en esta cultura donde intenta formalizarse esta necesidad humana de organizar la vida social y los gobiernos desde tiempos ancestrales.
La disciplina encargada del estudio de las actividades políticas se denomina ciencia política, los profesionales en esta cienciareciben el mote de politólogos y las personas que ocupan cargos profesionales a cargo del Estado o aspiran a ellos se definen como políticos.
Se considera que los inicios de la política se remontan al neolítico, cuando la sociedad comienza a organizarse en un sistema jerárquico y ciertos individuos adquieren poder sobre el resto. Antes, el poder simplemente residía en el que tenía mayor fortaleza física o en el más inteligente de un grupo. Algunos teóricos aseguran que este tipo de organización también podría ser considerado como una forma de política, por lo que ahí caeríamos en la definición de que la política es tan antigua como la propia humanidad.
Los sistemas políticos de la antigüedad eran generalmente absolutistas ya que la totalidad del poder se encontraba en manos de un único sujeto. En Grecia, existían también algunas polis donde se practicaba una democracia parcial y se llevaban a cabo asambleas. A partir de laRevolución Francesa el esquema político experimentó un cambio importante, donde un elemento fundamental fue la constitución de los Estados Unidos. Desde ese momento se instauraron regímenes con características democráticas, donde la toma de decisiones responde a la voluntad general.
La democracia es la forma de organización política que ha cobrado mayor popularidad en los últimas décadas, se basa en un estado elegido por mayoría en base a lo estipulado por una Constitución aprobada por el pueblo, que ejerce un poder parcial y organizacional y cuyo objetivo es representar las ideas del pueblo dentro y fuera del territorio. Esto es así en la teoría pero en la práctica pocas veces se lleva a cabo de la forma deseada, debido a que es difícil que los políticos dejen a un lado sus intereses particulares para velar por los de todo el pueblo.
Si buscamos la definición de la palabra en el Diccionario de Ciencias Sociales veremos que se denomina así a la acción política propiamente dicha y político puede servir para adjetivar un elemento relacionado con ella, poder político, accionar político, etc. Por su parte el DRAE la denomina como el arte de gobernar a los pueblos y la adjetivación antes citada, como algo relativo a la política.
Existen múltiples vertientes de las teorías e ideologías políticas, que pueden resumirse en dos grandes grupos: las políticas de izquierda (como el socialismo y el comunismo), relacionadas principalmente a la igualdad social, y las políticas de derecha (como el liberalismo y el conservadurismo), que defienden el derecho a la propiedad privada y al libre mercado.
Desde hace siglos se intenta explicar el concepto de política y las formas en las que debe llevarse a cabo. Entre los documentos más importantes se encuentran los de Platón y Aristóteles. El primero, en su obra “La república”, manifiesta que la forma en la debía gobernarse un pueblo era a través de la observación de la realidad y la puesta a prueba de cambios y mejoras idealistas y que dicho trabajo debía estar a cargo de los seres más sabios de esa sociedad. Por su parte, Aristóteles, proponía un enfoque científico de la política, donde el análisis social se hiciera tomando en cuenta elementos psicológicos, culturales y sociales y estableciendo relaciones de causa y efecto. Además, manifestaba la necesidad de crear una clase media que atenuase la brecha existente entre los mas ricos y los mas pobres. Su obra también se llamaba “La república”.
En 1970 fue Gramsci quien, basándose en las definiciones antiguas, intentó dar una respuesta a la verdadera razón de ser de la política. Explicó que el Estado, debe ser concebido como si se tratase de un organismo perteneciente al grupo que debe representar al fin de conseguir expandirlo lo máximo posible pero que su desarrollo debe estar contemplado dentro de las expansiones del resto de las naciones. Decía también que es razonable que exista un grupo que ejerza la hegemonía pero que esto no debe “escaparse de las manos”, al punto de conseguir una sociedad gobernada por un sistema cuyo único interés sea el económico-corporativo. En este tratado, podemos entender que la guerra y la violencia como medio para conseguir los objetivos no debe ser considerado como viable.
También Morin y Kern han intentado comprenderla, ofreciendo preciosos tratados sobre el arte y la ciencia de la política. La plantean con un carácter multidimensional que surge a partir de la toma de consciencia de los ciudadanos y contempla cuestiones como el sentido de la vida de nuestra especie, el desarrollo de las sociedades, los sistemas económicos que utilizamos, e incluso la vida y la muerte de la humanidad y la extinción del planeta que habitamos. Intentó abordar una política más comprometida con el medio ambiente, una política de responsabilidad con nuestro entorno. Una política multidimensional pero no totalitaria.
http://definicion.de/wp-content/uploads/2008/03/politica2-300x217.jpgEntre sus propuestas para llevar a cabo dicha empresa, se encuentran: trabajar en pos de lo asociativo y combatir lo que sea disociativo, sosteniendo que la emancipación no puede tener como meta el aislamiento o la ruptura de las relaciones preexistentes, sino la puesta en marcha de un objetivo común que exija el trabajo asociativo. Lo segundo que propone, es buscar una universalidad particular y que debe tenerse especial cuidado en optar por un interés que a simple vista parece universal pero que engloba una necesidad individual. La universalidad puede conseguirse a través de una serie de acciones que se orienten a la protección de nuestro universo concreto, el planeta.
Es importante aclarar que todas las teorías coinciden en una cosa, en que la actividad política sólo puede hacerse realidad mediante el establecimiento de normas jurídicas que establezcan qué se debe o puede hacer y qué no en un determinado territorio.
Otras acepciones del término política
Para terminar compartiremos algunas otras formas que recibe el significado de esta palabra.
Como un conjunto de ideas, convencimientos o acciones sociales que se relación con las cuestiones públicas o relacionadas con el poder. Se habla de política al hacer referencia a un grupo de gobernantes y su relación con el grupo al que gobierna.
En lo jurídico, se la denomina de tres formas posibles: como un conjunto de actividades desarrolladas por un grupo y que permiten crear, planificar y ejercer el poder sobre otro; como la lucha y la oposición que debe llevarse a cabo por parte de un grupo reducido para dominar a uno mayor; y por último, como una actividad cuya razón de ser es alcanzar un fin preciso: el bien común (todo debe llevarse a cabo con el objetivo común de alcanzar la paz a través de métodos que no incluyan la violencia).
Algunas teorías sobre política afirman que no debe ser importante resolver de qué forma se estable la relación de poder-dominio sino de qué maneras se puede entender la integración de las partes del grupo, contemplando incluso aquellas minorías que en la mayoría de los casos no son tenidos en cuenta. Esto significa analizar y comprender cada una de las relaciones que existen entre los miembros tanto individuales como colectivos. De este modo, podemos caer en una nueva definición de la palabra, llegando a comprenderla como el arte de la integración y no de la dominación, como la gran mayoría sostiene.

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