miércoles, 28 de noviembre de 2012

politica educativa de mexico 1940-1958






POLÍTICA EDUCATIVA EN MÉXICO 1940-1958:ESCUELA DE LA UNIDAD NACIONAL
 Por Ariadna Sanchez

INTRODUCCIÓN
Respondiendo al nuevo orden mundial, producto de la Segunda Guerra Mundial y al inicio de la Guerra Fría, el modelo educativo de 1945-52 tendió a fortalecer la unidad nacional: se enfocó a la homogeneización espiritual de los mexicanos. Mediante la educación se pretendía crear el tipo de hombre, de trabajador y de técnico que exigía el desarrollo económico. El instrumento fue la llamado escuela de la unidad nacional.
A partir de 1940, con el ascenso de Manuel Ávila Camacho a la Presidencia de México, la política educativa se propuso disminuir la carga ideológica en los planes de estudio, combatir la burocracia y el sindicalismo radical, unir al magisterio e incrementar la participación de la educación privada. El medio sería una reglamentación al artículo tercero constitucional y la instumentación de una escuela a la que se denominó la escuela del amor. El propósito lo constituía la construcción de una política de equilibrio social. La nueva reglamentación volvió a establecer la educación unisexual. Aunque la educación todavía era socialista, la reglamentación cambiaba su finalidad de un instrumento transformador de la sociedad a una herramienta propiciadora de la unidad de los mexicanos. A través de todo esto, se pretendía que la escuela fuera el medio para borrar las desigualdades existentes mediante la enseñanza amorosa, construyendo la homogeneización espiritual que uniera a los mexicanos en una nación fuerte.
Más tarde, ya durante el sexenio de Migule Alemán Valdés (1946-52), además de la unidad nacional, la escuela debía tender más a la práctica y a la experimentación. Se creó la idea de la educación al servicio del desarrollo: la educación debía ser la base en la construcción de la unidad nacional ajustándose a los requerimientos del desarrollo económico y sobre todo industrial. Una estructura educativa ajustada en cuerpo y objetivos a la industria caracteriza a la administración de Miguel Alemán Valdés.
Ante todas estas políticas educativas, se encuentra un trasfondó o justificante filosófico en el cual se cimienta la escuela de la unidad nacional, que aparte de perseguir dicha unidad, pretendía la formación de trabajadores. Es por esto que durante este periodo fue notoria la influencia de la pedagogía social de Paul Natorp y de la pedagogía activa de Jorge Kerschensteiner, teorías educativas introducidas en el país por Francisco Larroyo, además de la “escuela Dewey”.
El objetivo del presente trabajo es exponer las política educativas durante los periodos de Manuel Ávila Camacho y Miguel Alemán Valdés, dentro de lo que se conoce como la Escuela de la Unidad Nacional, además de brindar una pequeña descripción y explicación de las escuelas pedagógicas que dieron cuerpo ideológico a este periodo de la historia de la educación en México. La idea que rige el desarrollo del trabajo es el presentar las principales acciones de los Secretarios de Educación que, en viculación directa con las propuestas presidenciales, se encargaron de dotar a la escuela mexicana de una doctrina que legitmiara los programas políticos y económicos del régimen. La meta del Gobierno era crear los obreros calificados que la industrialización requería, haciendo uso de la retórica nacionalista y democrática.


CONTEXTO HISTÓRICO

La Segunda Guerra Mundial y sus “bendiciones”
En la época de posguerra surgió en la mayoría de los países de Europa, así como en Norteamérica, la política del Estado Benefactor que, mediante la instrumentación de subsidios alimenticios, prestaciones familiares y servicios sociales según las necesidades, buscaban enfretnar los trastornos de la inflación de nuevo orden económico de posguerra. La política del Estado Benefactor dependió en su totalidad del incremento de los lazos comerciales entre los países de uno y otro lado del mundo. Sin embargo fueron los Estados Unidos quienes se vieron fortalecidos al trasladárse la esfera del poder del continente europeo al americano.
A pocos años de haber finalizado la guerra, la idea de un rápido crecimiento económico para crear una sociedad más rica, empieza a manejarse entre los países desarrollados. Las naciones tendían no sólo a la recuperación, sino a la optimización; sin embargo, la inflación seguía perjudicando a los salarios. Para tratar de contrarestar sus efectos sociales, el Estado Benefactor ampliaba su radio de influencia hacia los estados de economías menos desarrolladas en Asia, Africa, Medio Oriente y América Latina.
En el campo de la ciencia, a partir de la segunda guerra mundial, el pensamiento filosófico se desarrolló por lo menos en tres vertientes. Una de ellas, el neopositivisomo, representa una prolongación original de la actitud positivista; la otra lleva por nombre el de la filosofía de la existencia, que incluye algunas notas sobre la filosofía de la vida. Una corriente más reciente, ligada muy de cerca a los problemas del capitalismo, lo constituye la práctica del marxismo como doctrina filosófica y política entre países del tercer mundo.


México y las consecuencias de la guerra
Después de la guerra, la búsqueda de inversiones en el extranjero, de mano de obra más barata y mercados, por parte de las empresas de los países capitalistas avanzados, constituyó un factor para el desarrollo de las empresas multinacionales y de la expansión de las finanzas internacionales. Esta búsqueda “benefició” a los países no desarrollados permitiéndoles ser partícipes de una evolución en sus sistemas económicos. Pero al mismo tiempo, ello implicó la dependencia económica respecto de los países desarrollados la cual debió a que, dentro de los países dependientes, los gobiernos y los grupos de capital privado solicitaron capital y tecnología extranjera en forma de inversiones, empréstitos de importación de maquinaria y tecnología, para acelerar el proceso de desarrollo o para incrementar sus utilidades. La consecuencia de este tipo de desarrollo se tradujo en pérdida de divisas, el pago de intereses sobre préstamos y la importación de maquinaria y tecnología. El costo social adquierió la forma de desempleo alto, subempleo persistente, orientación productiva hacia la grupos sociales de altos ingresos y hacia la exportación, y la no satisfacción de las necesidades de las mayorías mexicanas.
En el caso de México, esta dependencia se vió en el desarrollo de una economía de énclave de exportación durante la década de los cuarenta. Otra modalidad de esa dependenica se presentó como un desarrollo capitalista dependiente, cual supone una etapa previa de movilización y de iniciativa del Estado para promover el desarrollo capitalista, partiendo de la sustitución de importaciones. Durante los años cincuenta, la economía parecía tener asegurado su crecimiento. Todo se expandía, hasta los precios. Era sorprendente que México creceiera con inflación, pero el costo social fue muy alto. Fue necesario entonces equilibrar el desarrollo. El gobierno se vio obligado a devaluar la moneda (1954) y a poner en práctica una nueva estrategia de desarollo: el desarrollo estabilizador. En este tipo de modelo, que termina en 1970, lo más importante fue una expansión económica constante, tasas bajas de inflación y redistribución selectiva. Su meta era la industrialización del país para lograr una tasa de crecimiento con estabilidad de precios y de cambio. Esta política económica se debió fundamentalmente al crédito externo quien permitió al Estado no caer en nuevas devaluaciones. Sus consecuencias derivaron en una exagerada dependencia del endeudamiento exterior, se postergó el desarrollo agrícola y produjo una desigual distribución del ingreso.


CORRIENTES PEDAGÓGICAS: LA LEGITIMACIÓN FILOSÓFICA DEL RÉGIMEN
Desde los tiempo de Plutarco Elías Calles, la educación estuvo orientada a crear una nueva sociedad mexicana identificada con las instituciones que emanaron de la Revolución de 1910, además de hacer incapié en el amor a los ideales y principios revolucionarios. El objetivo que se perseguía con esto era la cración de un México fuerte y unido. Por otro lado, y a pesar de los esfuerzos de José Vasconcelos por una educación humanista e integral, la educación empezó a verse como un instrumento por medio del cual se consolidara y legitimara el nuevo sistema político, y que además fuera la base que sostuviera los programas económicos. Es a partir de Calles cuando educar para producir se convierte en la bandera e himno de la educación pública en México. Por razones de estabilidad política, esta pedagogía de la producción no se desarrolló plenamente sino hasta los años cuarenta y cincuenta, después que la Segunda Guerra Mundial generó un nuevo orden político-económico en el mundo entero. Manuel Ávila Camacho (1940-46), Miguel Alemán Valdés (1946-52), fueron los presidentes mexicanos que impulsarían de lleno esta política educativa a través de la Escuela de la Unidad Nacional, de la cual cimentaría la democracia e industrialización de México.
Esta política educativa tiene su justificación) filosófica. Durante los cuarenta y los cincuenta mundialmenten se hablaba de cuatro distintos modelos de escuelas o de pedagogía, cada una de las cuales perseguían un fin específico y respondían a una estructura económica y social determinadas. Tales escuelas eran: la pragmatista, representada por John Dewey, la reformadora apoyada por Alfred North Whitehead, la científica-realista de Edouard Claparede y Jean Piaget, la reconstruccionista social de Carlos Marx, Vladimir Lenin, Makarenki, y desarrollada por Paul Natorp y George Kerschensteiner. Lo que identifica a tal variedad pedagógica fue el progresivo control del Estado. En México, la educación pública recibió los impactos de las teorías pedagógicas norteamericanas y de las alemanas, especialmente las representadas por Dewey, Natorp y Kerschensteiner.

John Dewey
La “escuela Dewey” no es sino una escuela-laboratorio en donde la filosofía y la psicología funcionan como laboratorios pedagógicos. En reacción a la escuela tradicional, John Dewey propone una escuela en donde el aprendizaje se vaya dando según los requerimientos del mismo educando, de forma libre y práctica.
Para Dewey, el objetivo de la escuela tradicional era preparar a los futuros adultos del mundo. Preocupada por el futuro, esta escuela se olvidaba del hoy del niño, restaba importancia a la actualización de las capacidades latentes del individuo: el interés era preparalos para enfrentar lo venidero. En contrapartida a la escuela tradicional, la escuela Dewey tomó como punto de partida las actividades comunes con las que estaba inmediatamente comprometido el niño. El fin de la educación consistía en ayudar al educando a resolver los problemas suscitados por el contacto con sus ambientes físico y social. Debido a que dichos contactos se desarrollan, principalmente, en la casa y en la comunidad, Dewey puso énfasis en que la escuela funcionara como una prolongación simplificada y ordenada de dichas situaciones sociales.
Para poder cumplir estas premisas, la “escuela Dewey” partía de las capacidades y de las tendencias presentes del niño, pero a diferencia de la escuela tradicional, Dewey concebía el programa como un instrumento que ayudaría al educando a realizar todos los proyectos que éste se formulara. Además, el programa se fundaba en las necesidades del niño, como el alimento, el vestido, la casa. Es decir, la preeminencia del programa no se fundamentaba en la lectura y escritura, o en las matemáticas y demás areas de la ciencia, considerando a estos conocimientos y habilidades como meros instrumentos. La meta de la escuela de Dewey era no cometer el error de desvincular el saber del hacer, proponiendo una escuela en donde la vida cotidiana del niño marcara el ritmo del aprendizaje así como los conocimientos que se requerían.
La escencia misma de este tipo de instrucción motivada consistía en conservar constantemente en el espíritu la relación entre los fines y los medios. Si el niño podía ser partícipe conciente de los fines y las metas en la matriz de su vida diaria, entonces el interés por el aprendizaje se hacía obvio ante la vista de los fines. A concencuencia de esto, en la escuela activa se le daba gran importancia a las actividades manuales como la que se lleva a cabo en los oficios. El ambiente en el que se desenvolvía el niño dentro de la “escuela Dewey” era el de una comunidad oficiosa, en donde cada niño tenía su parte irremplazable, su propio trabajo, desarrollándose el sentimiento de una cooperación mutua y el sentimiento de trabajar de un modo positivo por la comunidad. Así se lograba que no fuera el maestro de quien emanaba la disciplina y el orden (característica de la escuela tradicional), sino que el mismo niño las impusiera a partir del respeto a su trabajo y al derecho de los demás consagrados a otras partes de la actividad comunitaria. Dewey sentía que la atmósfera moral de la escuela dependiía de una participación en los mismos motivos morales que se encontraban en la vida exterior.


Representate de la escuela filosófica neokantiana en Marburgo, sostenía que la educación tiene como función ayudar al educando a asimilar el mundo objetivo de los valores que constituyen la cultura de su tiempo. Las tesis de la filosofía de la cultura natorpianas pintaron la política educativa durante el gobierno de Miguel Alemán.
Natorp fue el creador del concepto de la escuela unificada. Esta doctrina se funda en la ide del progreso, que explica el desarrollo de la cultura. La cultura, objetivación de valores, se desenvuelve en forma dialéctica a través de tres momentos: primero, la especificación, que equivale a la constante diferenciación y diversificación de los conocimientos; segundo, la homogeneización, en la que se funda la unificación y que radica en una unidad sistemática de toda la cultura, basada en principios generalizados que le dan unidad y la transforman en una totalidad; y por último, el tránsito o cambio, el continuo devenir y desenvolverse de la cultura. La escuela unificada se funda en la totalidad de la cultura, en la conexión objetiva de los valores, unidos y dependientes entre sí, que aparecen en la sociedad humana. Esta pedagogía es titulada social, porque supone considerar el ambiente social que nutre la cultura. En la pedagogía social, la educación se concibe meramente como una función formativa de la cultura. Educar significa ayudar ala alumno a asimilar el mundo objetivo de valores que es la cultura de su tiempo.


Creador de la pedagogía activa y la escuela del trabajo, Kerschensteiner sostenía que la teoría brotaba naturalmente de la práctica, y que ambas se encontraban entrelazadas fuertemente. Sostenía que todo tipo de esneñanza debía adaptarse a los grados de desarrollo del espíritu, ya que la verdadera educación se basaba en el encuentro fecundo de un espíritu receptivo y de los bienes culturales de acuerdo con dicho espíritu. Dentro de esta corriente pedagógica, la labor del maestro es concebida como una misión sagrada, como la de los sacerdotes. Se hace incapié en el gozo que debe implicar la enseñanza.
Para que la educación ejerciera una verdadera influencia, introdujo en ella el trabajo manual. Su originalidad consistía en haber utilizado los intereses prácticos de la juventud como punto de partida de la educación y haber procurado establecer un lazo estrecho entre la enseñanza teórica y los ejercicios prácticos. El significado de la escuela activa se diferencía de la escuela del trabajo, en que la primera se basa en la espontaneidad del niño, mientras que la segunda daba incapié en la enseñanza de conocimientos que sirvieran para un futuro trabajo.
Sabiendo que cada niño plantea propuestas diferentes, la individualidad es de gran peso dentro de laescuela activaLa educación consiste en dar al ser humano una forma de vida conforme a su estructura personal y basada en los valores espirituales. La acción pedagógica requiere un intermediario que introduzca al niño en ese mundo de los valores (valores en el ejercicio de las funciones vegetativas y animales) o de los bienes culturales (todo producto de la cultura como los hombres y las cosas).Comprende tres factores principales: el objeto pedagógico (el niño), los medios (bienes culturales) y elsujeto (el educador).


LA ESCUELA DE LA UNIDAD NACIONAL
La Segunda Guerra Mundial fortaleció la doctrina de la unidad nacional. Ésta, junto con la industrialización, fueron las metas del sexenio que se inciaba y para lograrlas era necesario buscar una política de equilibrio que permitiera establecer un nuevo modelo de desarrollo capitalista, capaz de asegurar el crecimiento económico del país y al mismo tiempo de poner las bases que sostendrían las alternativas económico-sociales de los siguientes gobiernos.En concordancia con todos estos factores, y según la corrientes pedagógicas antes descritas, se estableció la Escuela de la Unidad Nacional que caracterizó los periodos de Manuel Ávila Camacho (1940-46) y Miguel Alemán Valdés (1946-52). Durante ese periodo cuatro personas ocuuparon el ministerio de educación: Luis Sánchez Pontón, Octavio Véjar Vázquez, Jaime Torres Bodet, y Manuel Gual Vidal.

La educación en el período de Manuel Ávila Camacho (1940-1946)
La reforma que en 1934 daría a la educación pública en México el carácter de “socialista”, provocó un ambiente de tensión y discordia entre los diferentes sectores de la sociedad mexicana. El calificativo preocupó a todos aquellos que veían en el socialismo una amenaza a sus interéses. Los grupos más conservadores y reaccionarios de México habrían de intentar en diversas ocasiones que el Artículo Tercero se volviera a reformar, atribuyéndole un carater más menos radical y más “democrático”.
Ésto, aunado a los conflictos internos de la Secretaría y los diferentes organismos sindicales que representaban el magisterio, provocó que a partir de 1940 el discurso político, en lo tocante a la educación, se encaminara a crear una atmósfera menos radicalizada y a preparar el camino para una futura reforma al Artículo Tercer que terminara con el carácter “socialista” que se le quizo atribuir a la educación durante la presidencia de Lázaro Cárdenas.
Cabe mencionar, que la Segunda Guerra Mundial fortaleció la “doctrina de la unidad nacional”, y ante el miedo de intervenciones que provocaran otra guerra, el ambiente que se vivió durante los siguientes años se caracterizó por un deseo de lograr y afianzar la paz mundial y el deseo ferviente de progreso inhundó a todas la naciones.
Para cuando Manuel Ávila Camacho tomó posesión de la Presidencia de México, la SEP vivía un momento de crisis, ya que el proyecto socialista de la educación no había rendido los frutos que se desearon y se enfrentaba a la contradicción de desarrollarse en un país con un modelo económico de capitalismo dependiente.
Así pues, puede decirse que el periodo avilacamachista es la etapa de transición de la “escuela socialista” a la “escuela de la unidad nacional”, que tenía como principios: paz, democracia y justicia. Y como toda etapa de transición supone cierto desequilibrio, la Secretaría de Educación Pública habría de sentir el desvalance que representaba el intento de conciliar las fuerzas en disputa. Prueba de ello nos lo da el clima conflictivo que imperó en la educación durante el sexesnio de Ávila Camacho, el cual se tradujo en el cambio de los primeros secretarios de educación: Luis Sáchez Pontón (diciembre de 1940 a septiembre de 1941), Octavio Véjar Vázquez (1941-43), y Jaime Torres Bodet (1943-46).


Luis Sáchez Pontón
Luis Sánchez Pontón tomó posesión de su cargo el 1o diciembre de 1940. Su designación como Secretario de Educación Pública se debió a la presión de los grupos y organismos de la izquierda más radical que seguían apoyando el proyecto de la educación socialista. Junto con Alberto Bremauntuz y Ernesto Arreguín, formó parte del Comité en Pro de la Educación Socialista.
Sánchez Ponsón sostuvo firmemente los postulados del Artículo Tercero. Durante su gestión en la Secretaría, la política educativa giró en torno a tres principios fundamentales: 1) incrementar los medios para liquidar el analfabetismo; 2) crear el tipo de hombre, de trabajador y de técnico que exigía el desarrollo económico; y 3) elevar la cultura general en el campo de la ciencia y del arte.

Reestructuró la SEP, quedando integrada por las siguientes dependencias:
1. Dirección General de Enseñanza Primaria en los estados y territorios
2. Dirección General de Educación Primaria en el Distrito Federal
3. Dirección General de Segunda Enseñanza
4. Dirección General de Enseñanza Superior e Investigación Científica
5. Dirección General de Educación Extraescolar y Estética.
6. Dirección General de Educación Física
7. Dirección General de Estudios Tecno-pedagógicos
8. Dirección General de Administración
9. Departamento de Servicios Médicos e Higiénicos
10. Oficina Jurídica y de Revalidación de Estudios
11. Oficina de la Comisión Mexicana de Cooperación Intelectual
12. Oficina de Prensa y Publicida
Su firme propósito de sostener los principios de la educación socialista, además de su inclinación hacia elementos radicales que tenían alguna influencia dentro de la SEP, no estaba acorde con la política de rectificación que venía imponiendo el régimen, lo cual provocó que Ávila Camacho decidiera relevarlo de su cargo en septiembre de 1941. A esto hay que agregar la ineficiencia que mostró para conciliar y solucionar las luchas internas de los maestros.[1] 


Octavio Véjar Vázquez
El nuevo secretario tomó posesión el 12 de septiembre de 1941 y se propuso: 1) atemperar ideológicamente los planes de estudio, 2) combatir a los elementos radicales y comunistas en el ambiente de la educación, 3) buscar la unificación del magisterio, e 4) incorporar de manera más activa la acción de la iniciativa privada en la enseñanza. Para dar solución a este último punto creó la Comisión de la Iniciativa Privada.
Impulsó la segunda reglamentación del Artículo Tercero en 1941 (Segunda Ley Orgánica del Artículo Tercero socialista) con la cual se pretendía: apertura para la iniciativa privada en el rubro educativo y la definición clara de la ideología que habría de regir a la educación pública en México.[2]  El gobierno decidió reemplazar la Ley Orgánica, aprobada apenas en diciembre de 1939, y presentó en septiembre de 1941 el proycto de una segunda Ley Orgánica para reglamentar el Artículo Tercero. Quedó pues la Ley Reglamentaria, la cual quedó aprobada el 31 de diciembre de 1941, publicándose en el Diario Oficial el 23 de enero de 1942. Cabe mencionar que en dicha Ley seguía considerando que “la educación que imparta el Estado en cualquiera de sus grados y tipos, sujetándose a las normas de la Constitución, será socialista”, entendiendo por “socialista” únicamente lo que tenga un carácter colectivo por encima de lo meramente individual.
Véjar Vázquez cambió los ideales de la educación socialista por otros “democráticos y patrióticos”. Le dio a la Escuela de la Unidad Nacional el membrete de ESCUELA DEL AMOR. Sostenía que la democracia y el sectarismo eran incompatibles, por eso “una escuela ajena a toda influencia extraña, una escuela de amor que fomentara la unidad nacional, formase la nacionalidad y rechazara cualquier ideología”, sería la idónea para inyectar la paz y el equilibrio que el país necesitaba para su desarrollo y progreso.
Su filiación con el sector militar del gobierno avilacamchista, y su interés por “moralizar” la Secretaría, lo llevó a iniciar una campaña de persecución en contra de los sectores radicales del magisterio. Pasando por alto el Estatuto Jurídico, cesó maestros argumentando que no tenían títulos profesionales, aunque sí un curriculum de varios años de servicio, que se inció con los orígenes de la Escuela Rural. Estos acontecimientos le provocaron serios conflictos con las principales agrupaciones que se disputaron la hegemonía del magisterio, tales como: el STERM, apoyado por la Confederación de Trabajadores de México (CTM); el SNATE, órgano en que se apoyó Véjar Vázquez cuando llegó a la SEP; FRMM, apoyado por la Confederación Nacional de Campesinos (CNC); el Sindicato Mexicano de Maestros y ´Trabajadores de la Enseñanza (SMMTE), surgido por iniciativa de Véjar, y el Sindicato Unico Nacional de Trabajadores d ella Enseñanza (SUNTE), de filiafción comunista.
A pesar de todo esto, su gestión en la Secretaría de Educación Pública dejó frutos. Octavio Véjar Vázquez: transformó el Instituto de Preparación del Magisterio de Segunda Enseñanza en la Escuela Normal Superior, en la ciudad de México; creó las escuelas prácticas de agricultura; amplió las funciones de la Dirección General de Enseñanza Priamria en los Estados y Territorios; expidió nuevos programas, con vigencia para todas las escuelas primarias de la República; instituyó la Dirección General de Profesiones; estableció el Observatorio Astrofísico de Tonanzintla, Puebla; creó el Seminario de Cultura Mexicana; fundó el Colegio Nacional; estableció la Comisión Impulsora y Coordinación de la Investigación Científica; creó el Premio Nacional de Literatura; y fundó la Escuela Normal de Especialización en 1943.

Jaime Torres Bodet
Tomó posesión del cargo el 24 de diciembre de 1943. Jaime Torres Bodet representa el triunfo en varios de los objetivos que se propuso el gobierno de Manuel Ávila Camacho en materia de educación.
Una de estas victorias lo constituye la unificación del magisterio, que tantos conflictos causó a los secretarios anteriores. De acuerdo con el llamado presidencial se realizó el Congreso de Unificación Magisterial, inaugurado el 24 de diciembre de 1943 en el Palacio de Bellas Artes. El Congreso fue presidido por Luis Alvarez Barret y al terminar el 30 de diciembre de 1943, surgió el SNTE, siendo su primer secretario general, el profesor Luiz Sánchez Orozco. El 15 de marzo de 1944, un decreto presidencial reconoció al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación como el único organismo representativo de todo el magisterio nacional.
Ya unificado el magisterio, lo que faltaba era dotarlo de una buena preparación. Para ello, por Ley del 30 de diciembre de 1944, se fundó el Instituto Federal de Capacitación del Magisterio (IFCM), inaugurado el 19 de marzo de 1945, con el propósito de brindar capacitación a maestros en servicio que ejercían sin estudios profesionales sitemáticos. Esta institución organizó cursos por correspondencia, al mismo tiempo que complementaba dichos estudios con cursos intensivos dentro de los meses de vacaciones.
Por otra parte, uno de los problemas serios de que padecía la educación pública en México lo constituían los programas educativos. El régimen necesitaba una escuela que legitimara sus objetivos políticos y económicos, y ésto se tendría que ver traducido en una educación que reflejara el ansia de la tan anhelada “unidad nacional”. Para ello, Torres Bodet creó la Comisión Revisora y Cordinadora de los Planes Educativos y Textos Escolares. En la instalación de la Comisión, el 3 de febrero de 1944, además de trazar los lineamientos de los planes, contenidos y métodos, Torres Bodet indicó: “la primera norma que las naciones señalarán a la educación sera la de ser de ella una doctrina constante de paz, la segunda norma será una educación para la democracia y la tercera será una educación que habría de ser una preparación para la justicia”. Estos principios habrían de regir a la educación pública durante los siguientes sexenios.
En lo tocante al problema del analfabetismo, Torres Bodet inició una Campaña Nacional que se propuso terminar con dicho problema. Según el censo de 1940, el país contaba con 47.88% de analfabetos absolutos, y ante el problema de la sengudna Guerra Mundial, el Ejecutivo expidió una Ley de Emergencia para iniciar la Campaña Nacional contra el Analfabetismo el 21 de agosto de 1944. De acuerdo a esta Ley, todos los mexicanos residentes en el territorio nacional, sin distinción de sexo u ocupación, mayores de 18 años y menores de 60 años que supieran leer y escribir y no estuvieran incapacitados, tenían la obligación de enseñar a leer y a escribir cuando menos a otro habitante de la República, entre los 6 y los 40 años, que no supiera hacerlo. La campaña comprendió tres etapas: la primera, de organización, entre el 21 de agosto de 1944 y el último de febrero de 1945; la segunda, de enseñanza, del 1o de marzo de 1945 al último de febrero de 1946, y la tercera, de revisión y exposición de resultados, del 1o de marzo al 31 de mayo de 1946.
Pero sabiendo que el analfabetismo funcional acosaba a las mexicanos, creó la Biblioteca Enciclopédica Popular. A través de la publicación de las grandes obras en ediciones económicas, se pretendía que los mexicanos se acercaran a los clásicos de las diferentes ramas de la ciencia. El objetivo final era hacer que la la mayoría del pueblo mexicano tuviera acceso a la “cultura”.
En el aspecto cuantitativo, Torres Bodet inició la época de las grandes y “cuantiosas” construcciones de escuelas. A partir de éste momento, y sobre todo en el periodo de Miguel Alemán, se dará mucho énfasis en las instalaciones educativas, tanto en la construcción de nuevos edificios como en la reparación de los ya existentes. Para ésto, el gobierno creó, por ley del 23 de marzo de 1944, un Comité Administrador que habría de encargarse de elaborar el Programa de Construcción de Escuelas. El plan comprendió la construcción de 796 edificios. De los primeros 352 se destinaro 3 para jardínes de niños, 342 para escuelas primarias, 3 para secundarias y 4 para diversas actividades. En 1946, se construyeron otros 236, distribuídos así: 216 primarias, 6 secundairas, 13 para actividades diversas y uno para un internado. Con todos ellos fue posible dar servicioa a 200 683 alumnos.
Es importante mencionar que la formación humanista del secretario de educación, ya que Jaime Torres Bodet era literato, influyó mucho en labor cualitativa dentro de la SEP. Prueba de ello lo fue la realización del Primer Congreso de Educación Normal, que se llevó a cabo en la ciudad de Saltillo, Coahuila a partir del 23 de abril de 1944. Entre las conclusiones del congreso se encuentran las siguientes: “la Escuela Normal Rural será: socialista, coeductavia, integral, de carácter específico y regional, y agropecuario. La Escual Normal Rural desarrollará una acción social a favor de las masas campesinas. La Eduación Normal Urbana Primaria pugnará por: lograr la unidad nacional, afirmar la democracia junto con los ideales de cooperación, solidaridad, justicia y amor por la humanidad”.
El 11 de mayo de 1944 se inició un ciclo de conferencias sobre la enseñanza de la historia de México. Las resolciones más importantes fueron: “La enseñanza de la historia de México debe tener dos fines fundamentales: la verdad en mateira histórica y la creación de un sentimiento de solidadridad nacional, como factor fundamental para la integración de la patria”.
Y para finalizar con broche de oro la gestión de Torres Bodet en la Secretaría de Educación, se inició en 1945 el proceso de reforma al Artículo Tercero constitucional, que habría de terminar definitivamente con la “escuela socialista” de Lázaro Cárdenas. Con base en la “política de la Unidad Nacional” y las orientaciones de una educación integral para la paz, la democracia y la justicia, la lucha contra la ignorancia y a favor del nacionalismo y la solidaridad internacional (principios aprobados en la Conferencia Educativa, Científica y Cultural del 16 de noviembre de 1945, celebrada en Londres, donde surgió la UNESCO), se procedió a preparar la reforma del Artículo Tercero constitucional de 1934. Para justificar toda la problemática que envolvía esa reforma, el SNTE organizó las Conferencias Económica, Pedagógica y Política, del 23 de noviembre al 3 de diciembre de 1945. El Ejecutivo de la Unión envió su proyecto de reforma al Artículo Tercero. Sin demora el Poder Legislativo Federal lo aprobó, y el 1o. de enero de 1946 la prensa dió la información oficial. En el transcurso de ese mismo año las legislaturas de los Estados dieron su aprobación. El 15 de octubre se declaró reformado el Artículo 3o constitucional y se publicó en el Diario Oficial de 30 de diciembre de 1946.

La educación en el periodo de Miguel Alemán Valdés (1946-1952).
Miguel Alemán inicia su periodo presidencial el 1o. de diciembre de 1946, correspondiéndole el estreno del recién reformado Artículo Tercero, que hasta la fecha sigue vigente. La idea democrática que preside los conceptos del Artículo Tercero constitucional corresponde a los principios modernos de una democracia social, que actúa en forma activa para el mejoramiento aconómico, social y cultural del pueblo, al mismo tiempo que conserva su sentido anticlerical.
Alemán afirmó su confianza en la esencia democrática de las instituciones públicas; hizo énfasis en la igualdad, entendida no sólo como el goce efectivo de los derechos y garantías individuales, sino como la consecución de una “igualdad ciudadana”, que consistía en que todos los habitantes de la República pudieran participar de los beneficios que se podían obtener en la ciudad.
Para ello, su programa sexenal hizo inciapié en dos puntos: la modernización del campo y la industrialización del país. Según Alemán, la gran masa campesina de México debería recibir ayuda directa por medio de un vasto programa de obras de riego, que elevaría la producción agrícola, así como a través de un sistema de crédito bien organizado, apoyado en los bancos de Crédito Agrícola y Crédito Ejidal. Pero en sí, el énfasis mayor fue puesto en la industrialización del país, meta que requería una amplia enseñanza tecnológica, una prudente protección arancelaria, un sistema de crédito de mayor volumen y la creación de una infraestructura que sería la base del desarrollo de la nación.
En el campo de la educación, la política se guió por el mismo objetivo que en periodo avilacamachista: la creación de una escuela que legitimara el régimen, al mismo tiempo que procurara al país la mano de obra necesaria para la industrialización. En el periodo alemanista Manuel Gual se hizo cargo de la Secretaría de Educación Pública, y junto con Francisco Larroyo, dotó a la institución de una fuerta carga filosófica.
El ideario educativo de Miguel Alemán se apoyó en ocho puntos, según un libro editado por la SEP en 1947:
1. La escuela rural tendría tres objetivos: una instrucción eficaz para el campesino, el mejoramiento en las condiciones económicas e higiénicas del campesino y la creación de un espíritu cívico que hiciera sentir a cada niño campesino que es parte integrante de la Nación.
2. La continuación de la campaña de alfabetización.
3. Construcción de escuelas.
4. Capacitación del magisterio
5. Los libros.
6. La enseñanza técnica, ya que formaba parte del programa de industrialización del país. Dentro de este proyecto, se pretendía recurrir a la cooperación privada, gracias a la cual se logró la obra de contrucción de las escuelas.
7. Escuelas de agricultura, ya que los preparación de expertos agrícolas era igual de necesario que los obreros calificados.
8. La Alta Cultura, dentro de lo cual entra la construcción de la Ciudad Universitaria y la creación del Instituto Nacional de Bellas Artes.

Manuel Gual Vidal
Tuvo como uno de sus colaboradores inmediatos al distinguido filósofo y pedagogo mexicano Francisco Larroyo, quien fue el primer titular de la Dirección General de Enseñanza Normal, creada en 1947.
Francisco Larroyo fue profesor normalista y doctor en filosofía. En un viaje de estudios a Alemania, conoció la filosofía neokantiana de Marburgo, entonces representada por Paul Natorp, creador de la corriente de la pedagogía social. De regreso a México, Larroyo difundió ampliamente la filosofía crítica de Marburgo, y escribió varios libros orientados por dicha escuela.
Haciendo uso de las ideas filosóficas de Larroyo, Gual Vidal manifestó mucha insistencia en orientar la educación hacia la actividad productiva del país. Indica, en diversas ocasiones, la necesidad de vincular el sistema educativo con las tareas nacionales de producción económica. Por ello, hace énfasis en la llamada ESCUELA PRODUCTIVA y el APRENDER HACIENDO.
A este respecto, agrega como principios regulativos de la Escuela Rural, la tesis central de la pedagogía social, el vínculo de la escuela con la comunidad de cultura a que pertenece, la personalidad libre del alumno y el principio de la escuela activa y del trabajo, y tiene como objetivos inmediatos convertir a los alumnos en factores activos de la producción económica, impartir una cultura general, además de tender a las actividades prácticas en adiestramientos manuales, actividad deportiva y artística con fines de diversión y entretenimiento.
En base a lo anterior, y para realizar una mejor cobertura educativa, propone el sistema de escuelas paralelas: clases normales, clases de aceleración, clases auxiliares y clases para los niños bien dotados, que tenía como objetivo principal el proporcionar mejor atención a los educandos según su habilidades y capacidades de aprendizaje.
En lo tocante a la educación normal, la responsabilidad en la formación de los profesores estuvo en manos de Francisco Larroyo, quien fue nombrado Director General de Enseñanza Normal en marzo de 1947. Una vez ocupando su cargo, independizó el Departamento de Educadoras de Párvulos y lo convirtió en la actual Escuela Nacional de Educadoras. Es importante hacer notar que su labor como académico y responsible de la educación normal, estuvo sellada por las ideas filosóficas que importó de Alemania.
Como ya se dijo anteriormente, la industrialización de México marcó el ritmo y el tono de la educación en México, destacando la enseñanza técnica como meta principal del régimen. Ésta debería desarrollarse ampliamente, por estar en el centro de las preocupaciones. Por ello, se impulsó el Departamento de Capacitación del Instituto Politécnico, para formar obreros calificados, además de inaugurarse varios institutos tecnológicos regionales. Asimismo, se dieron los pasos necesarios para constituir el Patronato encargado de la Ciudad Politécnica.
Y ya hablando del tema de las construcciones, debo mencionar que fue la construcción de escuelas lo que caracterizó el periodo alemanista. El trabajo realizado por Jaime Torres Bodet en este campo, tuvo seguimiento durante la gestión de Manuel Gual Vida. En marzo de 1948, el Presidente puso en marcha la Campaña Nacional de Construcción de Escuelas (1948-52). Mediante ésta, al final del sexenio se habían construido 4 159 escuelas nuevas y se habían reparado 2 383, obras que requirieron 272 millones de pesos. La cración máxima de esta campaña fue la erección de la Ciudad Universitaria. Con un costo aproximado de 200 millones de pesos, en un espléndido escenario en el Pedregal de San Angel, se construyó la Ciudad Universitaria, la cual fue entregada a la comunidad universitaria en el mes de noviembre de 1952.
Y para finalizar con la exposición de los logros del sector educativo durante la presidencia de Miguel Alemán, es necesario mencionar que se crearon tres nuevas instituciones de suma importancia: el Instituto Nacional Indigenista (4 de diciembre de 1948), tenía como principal objetivo armonizar y conjuntar la acción de las diversas agencias gubernamentales para le mejoramiento económico, social, educativo y culturar de los indígenas; el Instituto Nacional de la Juventud (15 de mayo de 1950), se creó con el propósito de estudiar los problemas juveniles, buscar medidas para resolverlos y dar orientación en la vida social; y el Instituto Nacional de Bellas Artes (1o. de enro de 1947).
A pesar de los logras antes mencionados, en el sexenio alemanista la alfabetización decayó lamentablemente, no se dio la debida atención a la cuestión indigenista, y la enseñanza agrícola y la escuela rural tampoco recibieron la ayuda necesaria. Y a pesar de las cuantiosas construcciones, el presupuesto destinado al sector educativo disminuyó en relación con el de Ávila Camacho. En 1947, el presupuesto educativo representaba el 14.21% del presupuesto federal, en tanto que el último año del régimen de Ávila Camacho representaba el 17.48% . En el último año del gobierno de Alemán, el presupuesto educativo baó al 10.96%.

CONCLUSIONES
Quizás a primera vista, la exposición por un lado de las políticas educativas, y por el otro de las diferentes corrientes pedagógicas a nivel mundial, parezca carente de relación. Pero es eso precisamente en donde quiero hacer incapié. Aunque aparentemente desvinculadas, ambas exposiciones me permitirán en esta parte del trabajo, desarrollar mi ideas.
Es importante hacer notar que el inicio y el fin de la Segunda Guerra Mundial, al mismo tiempo que el inicio de la Guerra Fría –datos recurrentes en todo el trabajo-, produjeron un nuevo sentido de la vida en el planeta. Políticamente, la tensión provocada por el conflicto Este-Oeste, trajo como consecuencia la alineación de todos los países del mundo hacia alguno de los dos bandos: o con los comunistas o con los “países libres”… con melón o con sandía. Dependiendo de la decisión, hubo modelos económicos listos para implantarse: el capitalismo y el socialismo. Y dependiendo del modelo económico, había otras tantas opciones de ideas y pensamientos filosófico-culturales en espera de nuevas conquistas.
Por lo anterior, a México le correspondío por “libre albedrío” alinearse al capitalismo dependiente, aunque oficialmente no se identificó con ninguno de los dos bandos políticos existentes. Para que dicho capitalismo funcionara “óptimamente”, se tuvo que reestructurar la sociedad entera, y por ende las bases institucionales de la nación. Obviamente la educación sufrió este proceso.
Lo interesante en este aspecto, es que la educación empezó a ser vista como un aparato de control por parte del Estado, ya que la escuela sería la base sobre la cual se construiría el sistema político y económico.
Si tomamos en cuenta las políticas de gobierno de los presidentes Ávila Camacho y Miguel Alemán, se puede notar que fue la atención giró en torno a un binomio: unidad nacional y crecimiento económico. El segundo elemento depende en mucho del primero, al menos así lo creyeron nuestros ex-presidentes. ¿Por qué? Porque si México quería crecer económicamente, si el país quería progresar, necesitaba estabilidad y paz en todos los aspectos. Cualidades que el movimiento revolucionario de 1910 perturbó y que las diferencias políticas de los años posteriores no permitieron lograr. La Unidad Nacional estaba destinada a homogeneizar al mexicano, a sumirlo en un mundo de valores nuevos y “propios”, a llevarlo hacia el encuentro de él como mexicano, a amar a su país y todo lo que en el había. Solamente la unidad nacional daría la estabilidad necesaria para iniciar un programa económico que hiciera crecera a la nación. Ese programa económico fue la industrialización.
De esta forma, la fórmula quedó así:
Educación nacionalista = Unidad Nacional
Unidad Nacional = Crecimiento económico
Es decir, la escuela se encargaría de educar en el civismo a los niños y a enseñarles lo necesario para su incorporación a la vida productuva. El resultado final fue la preeminencia de la escuela técnica en la educación pública de México.
Pero este tipo de escuela, “la escuela del trabajo”, esta fundamentada en una “pedagogía de la producción” que desde el siglo XIX se venía desarrollando en todo el mundo.
A través del apartado referente a las corrientes pedagógicas, se puede notar que la “escuela activa” fue la característica fundamental de los diferentes pensadores dedicados al área de la educación. Con o sin fundamentos sociológicos o antropológicos, la escuelas pedagógicas de posguerra se centraron en la vinculación entre la escuela y el entorno cotidiano del educando.
Estas ideas influyeron el pensamiento de muchos pedagogos mexicanos, que coincidentemente realizaron una intensa labor en la SEP. El caso de Francisco Larroyo.
Por todo lo anterior, fue que resultó tan importante para mí el desarrollo de un trabajo que tratara esta etapa específica de la historia de la educación pública en México. Aunque me enfrenté a un mundo entero de problemas en este rubro. Cada una de las aristas de la educación en México, tiene material para estudios completos. La educación indígena, la escuela rural, la educación superior, la enseñanza técnica, los conflictos magisteriales, los sindicatos, la vinculación entre la educación y la sociedad, la educación primaria, las normales, etc. Cada uno de estos aspectos encierra una problemática sumamente compleja de abarcar ligeramente. Pero descubrí que hay algo que las identifica a todas: la política educativa del régimen. Será el Estado quien le de metas y objetivos, según sus intereses. Sea cual sea la diferencia entre cada uno de estos aspectos, lo que los une es que todos son un aparato de control del Estado.
Bien dicen que la educación es un negocio, y no únicamente un negocio cuantitativo sino también cualitativo. Qué mejor que una escuela en donde mis programas de estudio estén destinados a crear egresados que me adoren y piensen que soy una Diosa. Esto fue lo que hizo el Estado mexicano.
La ESCUELA DE LA UNIDAD NACIONAL fue una máquina destinada a producir obreros calificados con un sentimiento nacionalista sumamente arraigado (entiéndase al nacionalismo como todo producto del partido oficial).

gobiernos de 1940-1988




GOBIERNOS EN MÉXICO DE 1940 A 1988
Gobierno de Manuel Ávila Camacho
1940-1946


Durante su gobierno su lema fue “Unidad Nacional”, y esto estaría presente en todas las políticas y los actos de su gobierno. Desde su campaña electoral se comprometió a darle énfasis a la conciliación de los intereses que defendían las diversas clases sociales con el fin de crear condiciones favorables a la industria del país.
Con ese enfoque se sustentaba el programa del Segundo Plan Sexenal, en el cual se proponía consolidar las acciones mas importantes del gobierno de Cárdenas pero viendo ahora hacia las nuevas posibilidades definidas de progreso. El programa seguía manejando el concepto de la lucha de clases, solo que no se consideraba ni posible ni conveniente conducirla hasta sus ultimas consecuencias. Por lo tanto se garantizaba que el gobierno de Ávila Camacho no sería hostil a la empresa privada, siempre que ésta respetara las justas aspiraciones populares.
En el plan: se abandonó lo calificativo de socialista al hablar de educación, en lo referente a lo agrario, se continuaría apoyando al ejido colectivo, pero al mismo tiempo se prometía que se habría de definir claramente el estatuto de la pequeña propiedad. En el aspecto social, señalaba algunas reformas importantes, como la creación del Seguro Social, el establecimiento de un salario mínimo por zonas geoeconómicas y el otorgamiento de los derechos políticos a las mujeres.
Uno de los proyectos más importantes de la política del gobierno de Ávila Camacho fue consolidar el Partido de la Revolución, de modo que fuera el aparto electoral del Estado lo cual implicaba hacer unos cambios tanto en lo concerniente a la cuestión doctrinal como en la organización. Manuel Ávila Camacho consideraba necesaria la reorganización del PRM, por que la imagen del radicalismo que presentaba no concordaba con la nueva política de conciliación.
Durante el gobierno de Ávila Camacho se mostró la tendencia hacia el civilismo, sobre todo a partir de la supresión del sector militar en el PRM. Quedaba manifiesto que al fortalecerse el estado y al institucionalizarse la Revolución en una amplia base social compuestas por las capas medias de las sociedad, no era ya necesario que los presidentes fueran militares, sino que, debería propugnarse por el civilismo, sobre todo en momentos en que entraba a la vida política nacional una nueva generación que no había participado en la Revolución armada.
Política
Relaciones con Estados Unidos: existían serios problemas pendientes, sobre todo de orden económico, los más importantes: a) las reclamaciones de los estadounidenses por las expropiaciones petrolera, ferrocarrilera y agraria hachas durante el cardenismo; b) la deuda externa.
Respecto al petróleo, en noviembre de 1941 se celebró un convenio. Precisamente cuando para Estados Unidos era inminente el conflicto de Japón. Mediante ese convenio el gobierno estadounidense retiraba su apoyo a las empresas petroleras que se obstinaban en reclamar una suma exorbitante de 450 millones de dólares como indemnización, que comprendía solo los bienes de la superficie y no la reserva petrolera, con lo cual el gobierno del país vecino aceptaba tácitamente que “todo el petróleo del subsuelo mexicano pertenecía a la nación”. Se establecía el pago global de las reclamaciones por daños a propiedades de ciudadanos estadounidenses en 40 millones de dólares, suma en la que se incluían todas las demandas por los daños causados durante la Revolución, y por las expropiaciones agrarias; se excluían tres millones de dólares que ya habían sido pagados por México y se estipulaba que el resto se liquidaría en varios plazos. En ese mismo acuerdo se concretó una adquisición anual de plata mexicana por 25 millones de dólares, un crédito de 40 millones de dólares para dedicarlo a estabilizar el peso, y la apertura de crédito con el Eximbank por 30 millones de dólares que se destinarían a la construcción de carreteras.
Trabajadores migratorios: un problema más en la relaciones entre México y Estados Unidos en el periodo 1940-1946 fue el de la migración temporal de trabajadores mexicanos a ese país, que aumentó a causa de la guerra en tanto los trabajadores agrícolas estadounidenses fueron reclutados por el ejército y se requería una gran cantidad de mano de obra para la producción de artículos destinados a satisfacer la demanda de los países aliados. El problema estribaba en que aquella migración era ilegal, puesto que el gobierno de Estados Unidos había decidido que no se necesitaban trabajadores extranjeros en ese momento, aún cuando fueron solicitados por los granjeros de las regiones cercanas con la frontera de México.
México ante la Segunda Guerra Mundial. Una vez que estuvieron en vías de solución los problemas con Estados Unidos sobre el petróleo, las reclamaciones y a deuda, y ante la actiud amistosa que demostró hacia México el gobierno de Roosevelt, era de esperarse que el presidente Ávila Camacho decidiera abandonar la neutralidad ante el conflicto mundial.
Economía y Sociedad
En el sector agropecuario la tendencia de la política agraria avilacamachista consistió en favorecer a la propiedad privada, por considerar más productiva que el ejido, y que según respondía mejor a las necesidades del momento de incrementar la producción agropecuaria, con el fin de satisfacer el mercado externo. Esta política de definió en el Segundo Plan Sexenal. En los primeros años del periodo se concentró la atención en el fomento a la agricultura de exportación, buscando cubrir la creciente demanda estadounidense durante la guerra, pero más adelante, el gobierno optó por fomentar y aun forzar el cultivo de productos básicos para el consumo interno.
Desarrollo industrial y proteccionismo. Durante el régimen de Manuel Ávila Camacho se prestó especial atención al fomento de la industria privada.
Durante ese periodo el papel de Estado fue significativo como promotor del desarrollo industrial y sus funciones consistieron en: 1) proporcionar el crédito que los empresarios requerían sobre todo en las industrias básicas, para lo cual se favoreció la expansión y consolidación de la banca privada.
2) crear una amplia infraestructura para lo cual se empleó el 55.1% de presupuesto en transportes y comunicaciones
3) establecer una política de impuestos bajos y extensiones fiscales.
4) aplicar una política arancelaria proteccionista, fundamentalmente cuando la industria resultó afectada por el acuerdo comercial con Estados Unidos.
En cuanto a la producción industrial, tomadas en conjunto la industria manufacturera y la de construcción, el periodo registra un aumento del 60%, siendo las industrias más dinámicas las siguientes: alimentaria, textiles, productos químicos, fundición y manufacturera de artículos metálicos, madera y muebles, y la de construcción.
La minería. Desde 1933 la producción minera había empezado a recobrarse de la caída que sufriera en 1930, y para 1937 se encontraba en franca recuperación, aún cuando no llegó a alcanzar los niveles de 1929, que fueron los más altos de su historia. No obstante aquella mejoría, la industria minera enfrentaba graves problemas, el primero de los cuales era que las reservas conocidas de metales se estaban agotando sin que las grandes empresas, en su mayoría extranjeras, estuvieran dispuestas a intervenir para explotar nuevos yacimientos. Además la producción minera tenía una alta carga de impuestos, mayor que la de otros sectores.
Comercio exterior. El comercio exterior estuvo considerablemente influido por el conflicto bélico mundial. A partir de 1939 se hizo manifiesto el cambio en la distribución geográfica del comercio exterior de México; si el año anterior el intercambio con Europa había representado un tercio de las importaciones y exportaciones, la situación había cambiado. A pesar de que se había elevado las ventas a Alemania y a Italia, para 1940 las exportaciones a Europa representaron solamente un 5.5% del total, decrecieron también las importaciones. Al final del sexenio de Ávila Camacho, menos del 4.6% de las importaciones provenían de Europa y se enviaban allá apenas un 2% de las exportaciones mexicanas; una situación similar se presentaba en las relaciones comerciales con Japón.
Problemas financieros; la inflación, causas y medidas de solución. En el aspecto de las finanzas, el sexenio de Manuel Ávila Camacho se caracterizó por el crecimiento del proceso inflacionario que se había iniciado en el régimen anterior, principalmente a causas de la política cardenista, que destinó buena parte del presupuesto a la construcción de obras públicas encaminadas a fortalecer al aparato productivo, recurriendo al financiamiento con préstamos al Banco de México, cuyo monto era superior a los ingresos de Estado.
Tal política provocó una devaluación en 1938 y, aunque hubo una leve recuperación en los últimos años del cardenismo, la inflación continuó aumentado después de 1940, a causa de que el gobierno de Ávila Camacho prosiguió con la misma política de gastar en obras de infraestructura y recurriendo al mismo tipo de financiamiento.
Con el propósito de controlar la inflación, el gobierno adoptó varias medidas monetarias en las que participó el Banco de México, cuya ley orgánica fue modificada con el fin de que permitiera elevar los depósitos obligatorios para regular la cantidad de dinero en circulación monetaria, pero fue indispensable efectuar un control sobre el comercio interno, sobre todo cuando empezaron a escasear los artículos de necesidad básica y los especuladores se dedicaron a encarecerlos de forma exorbitante; el gobierno decretó un control de precios y buscó incrementar la producción.
La justicia social y el movimiento obrero. La tensa situación creada por el cardenismo entre los capitales mexicanos se reflejó en los primeros momentos del sexenio de Ávila Camacho. Los empresarios pedían fuera reprimida toda manifestación obrera que pusiera en peligro el desarrollo de la industria, y se oponían principalmente a que los sindicatos intervinieran en asuntos políticos.
El gobierno de Ávila Camacho, que tendía hacia la consolidación, la unidad nacional y el fomento a la industrialización, hubo de dedicarse necesariamente a limar las asperezas entre patrones y obreros y, cuando llegó a darse un conflicto, mostró mayor dureza hacia los trabajadores.
Gobierno de Miguel Alemán Valdez
1946-1952
Con la llegada de Miguel Alemán al poder presidencial se inicia el civilismo posrevolucionario, con una muestra de que la estabilidad política se había consolidado y se había superado ya la etapa del militarismo, anunciándose el acceso al poder de una joven generación de políticos que no habían participado en la lucha armada revolucionaria. Se daba comienzo así a una nueva era que arrancaba sobre bases sólidas tanto en el aspecto político como en el económico, heredadas del proceso de reconstrucción nacional y de institucionalización emprendiendo por los procesos emanados de la Revolución. Después de largos años de maduración política, se requería ahora de una nueva forma de hacer política en manos de personas civiles, profesionales encargados de realizar tareas acordes con su preparación académica y con su experiencia en las lides políticas; ese tipo de personas estaba llamado a integrar el gabinete del primer presidente civil en tiempos posrevolucionarios.
Autoritarismo. Por lo anterior, aun cuando se había propuesto como meta la democratización del país, Alemán hubo de iniciarse hacia una moderna forma de autoritarismo, puesto en práctica por medio de tres líneas de acción: a) sometimiento de los gobernadores a la disciplina política presidencial; b) eliminación de la izquierda en los sindicatos; c) expulsión de los elementos comunistas del PRI.
Respecto al sometimiento de los gobernadores, el autoritarismo alemanista se manifestó fundamentalmente en casos concretos, cuando los ejecutivos estatales daban muestras de actuar de forma independiente, o cuando se mantenían bajo la influencia de presidentes anteriores o de políticos con poder nacional. Específicamente Emilio Portes Gil, y sobre todo Cárdenas, seguían teniendo adeptos que se oponían al nuevo giro que había tomado la política oficial.
Los otros dos puntos, guardan una estrecha relación entre si y se fundamentan en los proyectos político y económico del régimen alemanista.
Política
Las relaciones en el exterior en el periodo alemanista están situadas en el contexto de la posguerra y por ello, todos los sucesos al respecto guardan una estrecha relación con la línea ideológica marcada por Estados Unidos en los comienzos de la Guerra Fría. De acuerdo con estos lineamientos se desarrollarían las políticas del presidente Alemán, incluso en el orden interno, por que en función de su interés en acelerar la industrialización en México, se vería obligado a recurrir al financiamiento externo. Por lo tanto, debía actuar de forma congruente con la perspectiva de las potencias capitalistas, sobre todo con Estados Unidos, ya que siguió manteniendo buenas relaciones que se reflejaron en las visitas recíprocas que hicieron los mandatarios de ambos países.
Respecto a la relación de México con estados unidos, el gobierno alemanista se propuso varios objetivos y hubo de enfrentar algunos problemas. Entre los objetivos destacan los siguientes: a) buscar apoyo financiero para realizar el proyecto económico; b) conseguir créditos para la industria petrolera; c) atraer la inversión extranjera; d) revisar el tratado comercial de 1942 para finalizar los compromisos contraídos e el mismo.
Ahora bien, entre los problemas que se suscitaron en las relaciones mexicano estadounidenses durante el gobierno de Alemán: uno se refiere a los braceros mexicanos que emigraron a los Estados Unidos a consecuencia de la falta de mano de obra en ese país durante la guerra mundial, y el otro tuvo lugar en el sector rural, provocado por la exigencia estadounidense de que el gobierno mexicano ordenara el exterminio de ganado en una campaña masiva contra la fiebre aftosa, ante la amenaza de que esta enfermedad llegara al territorio del país vecino.
Economía y sociedad
Se efectuó la reforma del artículo 27 constitucional introduciendo el amparo en cuestión agraria para los predios agrícolas o ganaderos a los que se hubiera expedido, o se fueran a expedir en el futuro, certificados de inafectabilidad, establecía además el límite de la pequeña propiedad. Respecto al reparto agrario, continuó con la tendencia iniciada el sexenio anterior, de disminuir la dotación de tierras, éste, disminuyó durante los primeros tres años del gobierno alemanista, habría de acelerarse en los siguientes tres años, debido a las manifestaciones de descontento en el sector campesino.
Otra característica de la política agraria, es que se mantuvo entregar a los campesinos tierras da baja calidad, reduciéndose el número de tierras de labor que correspondían a los ejidatarios; se continuó con la práctica de dividir las tierras ejidales en parcelas, con el fin de que fueran trabajadas de forma individual, en contra de lo que había significado el ejido colectivo.
Con el fin de dar cumplimiento al proyecto de modernización del sector agropecuario, el gobierno hizo una fuerte inversión, la cual aumentó del 12% al 20% del presupuesto federal, entre 1946 y 1950, y aún cuando la mayor parte se empleó en la campaña contra la fiebre aftosa, se realizaron también grandes obras de irrigación por medio de la Secretaría de Recursos Hidráulicos.
La industria. Alemán prestó mayor atención a la industria manufacturera, cuya modernización y crecimiento eran objetivos prioritarios de su gobierno, para cumplir con esto, Alemán atendió la mayoría de las demandas de los empresarios, entre las que destacan: la protección del mercado interno; bajos impuestos y exenciones fiscales; la creación de obras de infraestructura; aumento del crédito; una política de precios que permitiera la adquisición de materias primas, energéticos y servicios público; impulso a la investigación industrial, y un control efectivo de salarios.
Entre las políticas gubernamentales de apoyo a la industria destaca el proteccionismo: en los primeros años del sexenio, el gobierno enfrentaba el obstáculo del tratado comercial con Estados Unidos que le impedía proteger a la industria nacional, a pesar de eso, en 1947 empezó a poner en práctica un sistema de licencias y prohibiciones de importación para varios artículos suntuarios, aunque insistió en aclarar que tal medida no estaba destinada a proteger a la industria mexicana, sino a corregir el desequilibrio de la balanza de pagos.
Respecto al apoyo financiero a la industria, se utilizó el recurso del encaje legal para orientar hacia la industria un mayor volumen de crédito privado. Las principales tareas de NAFINSA consistieron en desarrollar la infraestructura y promover la situación de importaciones, crear o fortalecer los sectores industriales que utilizaran recursos naturales todavía no explotados o aquellos que no se habían explotado suficientemente, a fin de fomentar el aumento de productos industriales que ayudaran a mejorar la balanza comercial.
Gobierno de Adolfo Ruiz Cortines
1952-1958
Dentro de la política interna del periodo presidencial de Ruiz Cortines, existieron tres grandes problemas heredados del sexenio anterior: impopularidad del grupo en el poder, encarecimiento del costo de la vida y las rivalidades de la familia revolucionaria.
Austeridad y moralización: su propuso seguir una política que contrasta con el régimen alemanista, demostrando su interés por dar solución a los problemas sociales. En 1952 presentó al congreso una serie de proyector encaminados a cumplir con esos propósitos, el primero de ellos fue la reforma a los artículos 34 y 115 constitucionales, destinada a otorgar a la mujer sus derechos políticos en cumplimiento de promesas efectuadas desde la época de Cárdenas.
Se formaron además artículos de la ley reglamentaria del artículo 28 en materia de monopolios, de modo que fueran más drásticas las sanciones contra las personas que acapararan o monopolizaran artículos de primera necesidad.
Durante el gobierno de Ruiz Cortines hubo una gran estabilidad política, el control del movimiento obrero, en cambio, fue un factor mas complejos en la tendencia hacia la estabilidad política pues, seguía existiendo en el sector obrero inclinación a reivindicar las luchas de la clase trabajadora.
La multiplicación de organizaciones obreras había propiciado ya en 1952, la creación de un nuevo organismo: la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos.
Política
Dentro de la política exterior del periodo de Ruiz Cortines hubo proyectos del sexenio anterior que se siguieron realizando como fueron las buenas relaciones con los Estados Unidos, que esto a su vez trajo consigo anticomunismo, nacionalismo y crítica escasa. Estos tres puntos que provocó la relación con EU, originó la unión de los países latinoamericanos y la negativa de aceptar pactos militares con Estados Unidos.
También del sexenio anterior se produjo un nuevo acuerdo en el Barcerismo, hubo crédito externo destinado a revitalizar la economía nacional y a la aplicación del desarrollo estabilizador. Y continuó la inversión extranjera directa, la cual provocó una nueva etapa en las relaciones de dependencia y capitales extranjeros en la industria manufacturera.
Hechos nuevos de este periodo presidencial, fueron dos importantes, la conferencia de Caracas que fue un fallido intento por defender la autodeterminación de las naciones, y la invasión estadounidense a Guatemala que trajo cautelosa reserva de México y una crítica escasa.
Economía y Sociedad
En el periodo de Ruiz Cortines, la economía se dividió en tres momentos, de 1952 a 1954 se presentaron los siguientes puntos:
·         Inflación acelerada y agravada al terminarse la guerra de Corea.
·         Situación de crisis interna
·         Objetivos del gobierno
·  mantener la estabilidad de precios dentro del país
·  restablecer el equilibrio de la balanza comercial
·  sanear las finanzas públicas.
·         Política estabilizadora; medidas:
·  plan agrícola de emergencia
·  importación de alimentos a gran escala
·  austeridad presupuestal
·         Inseguridad de empresarios y comerciantes.
·         Fomento a la industria; siete acciones gubernamentales.
·         Devaluación del peso en febrero de 1954.
De 1954 a 1956 se presentaron diferentes cambios:
·         Efectos favorables de la política estabilizadora.
·         Fin de la espiral inflacionaria.
·         México entre la etapa del desarrollo estabilizador.
·         El milagro mexicano.
·         Crecimiento de la producción por sectores, en orden de importancia:
·  electricidad
·  agricultura
·  petróleo
·  industria manufacturera
·  comercio y transportes
·  construcción
·  ganadería
·  minería
·         Nuevos problemas
·         El flujo de capitales extranjeros.
·         Entrada del capital especulativo.
·         Estancamiento de la demanda externa.
o    Nuevos ajustes del Gobierno
·         Libertad de cambios.
·         Mantenimiento del tipo monetario de cambio
·         Estabilidad de precios
De 1956 a 1958 destaca lo más importante dentro del período de Ruiz Cortines:
o    Retroceso en la política de fomento industrial.
o    Imposición de la política de estabilización sobre la de crecimiento
o    La inversión pública se orienta a los sectores industrial y de comercio y de transportes.
o    Producción agrícola en franca escasez produciendo presiones inflacionarias y aumento en el costo de la vida.
o    Manifestaciones sociopolíticas de descontento:
- invasiones de tierras
- conflicto magisterial
- conflicto ferrocarrilero
o    Balance final de los triunfos de la política económica del sexenio ruizcortinista.
Gobierno de Adolfo López Mateos
1958-1964
Política
Política interna: La revolución equilibrada, en esta se proponían dos metas. Una en función de la otra:
Fortalecimiento del sistema político: Nueva política social y la Reactivación de la economía. Con estas dos metas se buscaba:
La paz social evitando los medios represivos y esto a su vez pretendía un nuevo reparto agrario, mejoramiento de salarios y evitar que los líderes tomen fuerza.
Equilibrio al proceso electoral Nueva Ley que logró la reforma electoral y consiguió diputados de partido.
Labor legislativa que logró el aprovechamiento de recursos naturales, servicios públicos y seguridad social, fomento económico y nacionalización de la industria eléctrica.
Con todo esto se logró en el periodo de López Mateos, el fin de la disidencia dentro de la familia revolucionaria.
Política externa: Dentro de las relaciones con Estados Unidos se mostraron actos de cordialidad, no obstante la simpatía de México hacia la Revolución cubana. Se presentó la visita del presidente de los Estados Unidos a México, el presidente Kennedy. Se logró la devolución de El Chamizal.
También la obtención de créditos: Alianza para el Progreso.
La IDE. En su período el presidente López Mateos se dedica al pago de más de la tercera parte del presupuesto de la deuda externa. Y todo esto provoca una vueva forma de dependencia económica.
Dentro de las relaciones con otros países, se ve el interés de López Mateos por proyectar la imagen de México al exterior y la Difusión de la posición de México en política exterior. Esto provoca viajes presidenciales proclamando la política mexicana de paz y desarme; el estrechamiento de lazos de amistad internacional, viajes a México de jefes de estado y diplomáticos. Y la Organización de Juegos Olímpicos otorga a México la sede para 1986.
Economía
Dentro de la economía, Adolfo López Mateos, tenía dos objetivos: el mantenimiento de la estabilidad monetaria y el mantenimiento de la estabilidad de precios.
En el mantenimiento de la estabilidad monetaria utilizó medidas para la sustitución de importaciones, se impulsó al turismo internacional y se buscó evitar la salida de capitales.
En el mantenimiento de la estabilidad de precios, se pretendía la canalización adecuada de los recursos financieros, el control interno de precios, la restauración administrativa y modificaciones legales.
Todo esto provocó en el tiempo de presidencia de López Mateos la estabilidad económica, el equilibrio en la balanza de pagos, el freno al alza del costo de la vida y un gran avance en las industrias básicas.
En la década de los años sesenta, se vio la creciente participación del Estado en la economía, la creación de la Secretaría de la Presidencia y la elaboración de planes de desarrollo.
En esta época, en la política industrial se notó mayor interés por las industrias básicas que por las manufactureras, las cuales quedaron en manos de extranjeros.
En la política agrícola, no se ve gran interés por la producción agrícola en estos años, salvo en cuento a los alimentos básicos de consumo, ligado a la estabilidad de precios.
Y por ultimo el equilibrio económico con el exterior: estimuló a las exportaciones, acentuando las restricciones a las importaciones y aumentando considerablemente el financiamiento externo, a fin de asegurar el equilibrio de la balanza de pagos.
Gobierno de Gustavo Díaz Ordaz
1964-1970
Política interna: Desarrollo Estabilizador
Al comenzar el periodo presidencial de Gustavo Díaz Ordaz persistía la situación de equilibrio y crecimiento económico, derivada de la política estabilizadora implantada por los gobiernos anteriores y, como era de esperarse, se comprometió a continuar con aquel modelo de desarrollo y a proseguir con las medidas que se habían considerado adecuadas: fomento al sector industrial y mantenimiento de la política de estabilidad.
Para llevar a cabo tales medidas se sirvió de los siguientes mecanismos, que aunque ya habían sido utilizados por sus antecesores, adquirieron mayor importancia durante su gobierno: 1) una adecuada política fiscal y crediticia; 2) creación de empresas paraestatales y procuración de obras de infraestructura; 3) expansión del sistema de prestaciones para la clase trabajadora; 4) relegación del sector primario de la economía; 5) utilización de mecanismos de control político de la clase obrera.
Política externa: El gobierno de Díaz Ordaz se circunscribió principalmente al ámbito del continente americano; buscó imprimir un mayor dinamismo a las exportaciones mexicanas, para lo cual se hicieron algunos viajes a Centroamérica, región a la que se consideraba favorable para el comercio mexicano. Fiel a la política exterior de México, Díaz Ordaz se fundó en el principio de no intervención y participó en algunos acuerdos relacionados con los beneficios a países en desarrollo. Uno de los más importantes fue el Tratado de Tlatelolco.
Las relaciones con estados unidos siguieron ocupando un lugar prioritario en lo económico y en lo político. El modelo de desarrollo estabilizador continuaba ligado a las inversiones estadounidenses y en cuanto a lo político, las relaciones con EU de desarrollaron básicamente en un plano liberal, con excepción de algunos problemas y discrepancias.
Entre los acuerdos bilaterales destacan los siguientes:
·         En enero de 1965 ambos gobiernos diseñaron un plan concreto para reducir la salinidad de las aguas del Río Colorado.
·         En octubre de 1967 se reintegraron físicamente al territorio mexicano las 176.92 hectáreas que constituían El Chamizal.
·         El enero de 1968 se firmó un acuerdo que por cinco años otorgaba derechos recíprocos de pesca en embarcaciones de los dos países.
·         En abril de 1970, Díaz Ordaz y Richard Nixon, presidente de EU, dieron a conocer un acuerdo mediante el cual se buscaba resolver los problemas fronterizos originados por los cambios de cauce del Río Bravo.
Las relaciones entre México y Estados Unidos fueron de mutua condescendencia en otros aspectos. Los estadounidenses no parecieron preocuparse por prestar atención a los esfuerzos del gobierno mexicano para obligar a las compañías subsidiarias de empresas extranjeras a que aceptaran la participación de capital mexicano.
Respecto a las discrepancias entre México y EU, estas se enmarcaban en la tradicional lucha ideológica a causa del intervensionismo y del imperialismo estadounidense.
Entre los problemas concretos destaca el que ocasionó la llamada “operación intercepción” cuyo objetivo era “disminuir el flujo de contrabando de drogas procedentes de México”, pero el verdadero motivo era entorpecer el paso de visitantes estadounidenses a las ciudades fronterizas mexicanas, con el fin de ejercer presión sobre México y mostrar ante la opinión pública de EU la labor de su gobierno para acabar con el tráfico de estupefacientes.
Gobierno de Luis Echeverría Álvarez
1970-1976
Luis Echeverría se propuso abrir canales de comunicación con los sectores sociales, en particular con los intelectuales, los universitarios y grupos disidentes de izquierda. Con ese objetivo emprendió la política de apertura democrática, con el propósito de que su gobierno fuera visto como una nueva alternativa que recogía a la sociedad la crítica a los actos represivos del gobierno de Díaz Ordaz.
Política
Se comenzaron hacer predicciones en el sentido de que en el nuevo sexenio de cumpliría la famosa “ley del péndulo”, la cual sostiene que en la historia posrevolucionaria de México, a un presidente conservador sigue uno de tendencia liberal y así sucesivamente.
En el período de Echeverría surgió además la idea de que el cambio más importante para el país no era sólo de condiciones sociales, políticas o económicas, sino un cambio de estructuras mentales y empezó a hablar de autocrítica, de apertura política y del valor de la “praxis”.
Por la expresión de estas ideas, Echeverría, al finalizar la época de los sesenta, una autocrítica del sistema político establecido por la familia revolucionaria, lo cual no dejaba de causar cierta inquietud entre algunos grupos influyentes en la política o en la economía, que veían con desconfianza el nuevo giro que tomaban las cosas después de 1968, pues desde los primeros días de la campaña electoral pudo observarse que se trataba de un serio intento para renovar las estructuras económicas y políticas de México.
Al analizar estas dos ideas básicas de la autocrítica echeverrista, se puede inferir que la tendencia del nuevo gobierno llevaba la intención de volver al equilibrio del régimen sostenido en el binomio populismo-capitalismo, como un medio de dar satisfacción a las demandas de lñas nuevas generaciones que resistían el cambio de rumbo, desfavorable para ellas, operado en el sistema desde el inicio de la posguerra.
Economía
Un proyecto reformista en lo económico que habría de corregir los defectos del modelo de desarrollo estabilizador, el cual, según decía, no solo había sido incapaz de lograr la justicia social sino que por el contrario, había creado una aguda concentración del ingreso en las altas capas de la sociedad, acentuando con ello las desigualdades.
Reconoció que el progreso material del país se había logrado a costa del sacrificio de la economía popular y de la excesiva explotación de los trabajadores. Prometió también reorganizar la reforma agraria mediante mecanismos de colaboración entre predios ejidales y privados, y replanteó la idea de colectivizar los ejidos con miras a aumento sustancial de la productividad. Propuso la aplicación de los recursos económicos en manos del Estado a fin de promover una política de creación de empleos y la aplicación de la planta industrial, lo cual exigía llevar a cabo una reforma fiscal a fondo y reducir de manera consistente el endeudamiento público interno y externo. A los empresarios propuso un nuevo programa económico cuya base sería la producción de manufacturas para la exportación, incluyendo en dicho programa a los empresarios extranjeros.
Gobierno de José López Portillo
1976-1982
Inició su mandato presidencial en medio de un ambiente de incertidumbre y bajo el impacto psicológico de la devaluación decretada por su antecesor, la que significaba el fracaso del nuevo rumbo por el que Echeverría había tratado, sin éxito, de impulsar la economía del país. A los ojos de propios y extraños, el modelo de “desarrollo compartido” había demostrado no ser una opción viable para corregir las diferencias del modelo de desarrollo estabilizador que el propio presidente saliente criticara al principio de su administración; correspondía ahora a su sucesor enmendar las fallas de la fracasada política económica. Cimentó su prestigio como gobernante en la premisa fundamental de que había sido electo para administrar la crisis.
Pero sobre todo para él, era de gran importancia lograr reconciliación con los miembros del sector empresarial resentidos contra el sistema político. Bajo las difíciles condiciones socioeconómicas en que se encontraba el país, era imprescindible para el nuevo gobierno recuperar el apoyo de la iniciativa privada puesto que era necesaria la colaboración de este sector para llevar a la práctica un plan de reformas capaz de solucionar la crisis financiera.
Política
Con la reforma política se buscaba un doble propósito; por un lado se trataba de institucionalizar las demandas de apertura política de la disidencia, impidiendo que ésta tomara el camino de la subversión como había sucedido en el sexenio anterior; por otra parte se pretendía otorgar a las instituciones públicas una mayor representatividad política y social, permitiendo que el Estado ensanchara las posibilidades de representación política de modo tal que se pudiera captar “ el complicado mosaico ideológico nacional de una corriente mayoritaria, y de las pequeñas corrientes que, difiriendo en mucho a la mayoritaria, forma parte de la nación.
Se llevó a cabo una reforma en la administración pública, pues se advirtió que el Estado estaba perdiendo eficacia en virtud de haber crecido desmesuradamente. En su estructura orgánica, la administración pública federal está integrada por dos sectores: la administración centralizada y el sector paraestatal, y precisamente este ultimo sector el que había llegado a ser inmanejable por sus grandes dimensiones, aparte de que algunas de sus entidades ya no tenían razón de ser.
El petróleo y su influencia en el cambio de rumbo en la política exterior. Al inicio del gobierno de López Portillo, todo parecía indicar que la política exterior de México retornaría a la postura aislacionista y de buenas relaciones con EU, no obstante, el 1979 las cosas parecieron cambiar de súbito y el remoto a la política tradicional fue aplazado.
Economía
Al llegar López Portillo a la presidencia de la república en diciembre de 1976, la economía se encontraba en una situación tal de crisis que se llegó a considerar como la más seria desde los tiempos de la posguerra. Las reservas monetarias del país habían sufrido una brusca reducción. En el discurso de toma de posesión de José López Portillo ayudó a aliviar en algo el ambiente de incertidumbre que prevalecía en la mayoría de los sectores del país. Ante la gravedad de la situación, el nuevo presidente anunció que instrumentaría una política económica al cumplirse en tres etapas: a) dos años para superar ka crisis; b) dos alos para estabilizar la economía, y c) dos años para reanudar el crecimiento sobre bases no inflacionarias.
En su primer informe de gobierno, indicó que el petróleo representaba la mejor oportunidad para que México lograra su independencia económica y la solución de sus problemas internos. Por ello uno de los primeros proyectos de su política económica, fue impulsar la explotación de los nuevos recursos a fin de utilizar su exportación como base primordial de la reactivación económica que pretendía.
En su segundo informe de gobierno, en septiembre de 1978, declaró que las reservas seguras de petróleo ascendían a 20 mil millones de barriles, las probables a 37 mil millones, y las potenciales a 200 mil millones. Más aun, manifestó que la crisis económica heredada del sexenio anterior había terminado y que el petróleo jugaría un papel fundamental en el futuro económico del país.
Sociedad y Cultura
Política obrera. Al comienzo de este periodo las condiciones cambiaron para el movimiento obrero organizado en el sindicalismo oficial; desde los primeros momentos del sexenio ante la aparente necesidad de sacar al país de la crisis económica, el presidente de propuso establecer la alianza para la producción, cumplir el convenio con el FMI que firmara su antecesor y restablecer las relaciones del gobierno con el empresariado nacional; todas esas acciones implicaban el tener que negociar con el movimiento obrero una política de restricciones salariales que le permitiera mantener la estabilidad y recuperar el dinamismo de la economía
A pesar de que la insurgencia obrera no se manifestó de la manera radical e incluso violenta que lo hiciera en el período echevirrista, hubo una serie de movimientos sociales y huelgas, generalmente motivados por razones económicas, pues aun cuando el auge petrolero hizo cobrar confianza en el futuro económico del país, la bonanza no alcanzó a impactar positivamente en el poder adquisitivo de las clases trabajadoras.
Gobierno de Miguel de la Madrid Hurtado
1982-1988
Política
Planeación inicial contra la crisis
Dentro de la política en este periodo De La Madrid reconoce la situación de emergencia y anuncia el PIRE. Esto es un programa inmediato de reordenación económica cuyos objetivos generales son:
o    reducir la inflación
o    proteger el empleo y la planta productiva
o    recuperar el crecimiento sostenido de la economía
Estrategias. Renovación moral: en este punto se elaboró la ley federal de responsabilidad de los servidores públicos; planeación: se llevó a cabo el plan nacional de desarrollo; en la rectoría económica del estado: reformas constitucionales. Dentro de la estrategias está la descentralización y democratización. Y esto impulsó al federalismo: reforma al artículo 115. y descentralización de la administración pública.
Las presiones internas trajeron consigo efectos negativos de la política económica y la inconformidad de tres sectores sociopolíticos hacia las medidas de austeridad.
Eran cada vez más marcados los grupos de inconformes, a) movimiento obrero y campesino, quienes estaban inconformes con la política salarial; b) organizaciones y partidos de izquierda, los cuales efectuaban demandas político-económicas; c) organizaciones y partidos de derecha, quienes buscaban el incremento de la actividad política de las clases medias y de la iglesia católica.
Economía
Se siguieron marcando algunos problemas del sexenio anterior como:
o    empeoramiento de la situación económica.
o    Inconformidad del sector empresarial hacia las medidas expropiatorias de la banca mexicana.
o    Necesidad de entablar negociaciones con la banca internacional.
Dentro de la política agropecuaria e industrial: el sector agropecuario se hizo el programa nacional de desarrollo rural e integral y la reforma agraria. Y en el sector industrial, se formó el programa de fomento industrial y comercio exterior.
La nueva situación de crisis la provocó el déficit público, el aumento del crédito interno, la nueva reseción y el aumento de las importaciones. Y esto generó presiones sobre el peso, devaluaciones, y la nueva caída del precio del petróleo.
Sociedad
Las presiones del movimiento obrero provocó tres acciones importantes del gobierno, acuerdo en la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos, reforma a la Ley General del Trabajo y el paquete básico de consumo popular. El movimiento campesino originó conflictos agrarios y la alianza con los partidos de oposición y con la iglesia católica.
En lo que corresponde a educación y cultura, se creó el Programa Nacional de Educación , Cultura, Recreación y Deporte. El Programa Cultural de las Fronteras y el Sistema Nacional de Investigadores.
Secuela de los sismos de 1985 en la problemática social. Ocasionó graves problemas de vivienda para los damnificados, demandas por indemnizaciones de trabajadoras de la rama textil, muestras de solidaridad entre la población.
El despertar político de la sociedad mexicana provocó en la población mexicana una nueva actitud participativa y esto ocasionó, el Neopanismo, la politización del clero católico, y la creciente participación de la mujer